sábado, 5 de febrero de 2011

Sábado a la noche y sin planes ni comida engordante en la heladera. Nadie puede ser feliz así. Dos milanesas de soja en el freezer, y en la mesada una manzana a punto de pudrirse. Encontras una sidra inesperada que sobró de Navidad. La descorchas llenas un vaso y vas a tirarte en el sillón del living. Una frazada te enrolla a pesar de que todavía es verano, un almohadón de goma espuma debajo de la cabeza y el brazo se asoma para sostener el control remoto. Para no pensar en tu situación sentimental necesitas, como mínimo, la concentración de tu mejor amiga, que puede estudiar mientras al lado tiran abajo una pared que ella no le importa. Igual no te sale: por más fuerza que vos hagas X no va a dejar a tu mujer. Cerras los ojos: una vez, un vecino esotérico que tenías cuando vivías en la casa de tus padres dijo que si pensas muy fuerte en alguien, esa persona necesariamente iba a pensar en vos. Sentís un hueco en el medio del pecho. Te pesan los ojos. Queres llorar. Pero más queres que X la deje, así que pensas: déjala, déjala, déjala. Es una de esas funciona, aunque escéptica, crees que los misticismos son un consuelo para los perdedores. En la televisión una esposa abandonada va a la casa de su ex marido, lo invade, revisa sus cosas, llora y después dice: “No sé si me importas, pero lo que yo necesito es importarle a alguien. “ La escena habla de vos y tal vez por eso terminas de un trago el vaso de sidra que parece jugo. Cuando soltas el control remoto, la mano queda libre para acariciarte el pelo. Te rascas el cuero cabelludo lleno de grasitud y enredas tus dedos. X no va llamar porque los sábados no son para vos. Desde hace un año están juntos y compartió con vos un solo sábado. Borrachos, drogados, trataron de coger en la terraza de tu casa pero no pudieron, entre otras cosas, porque él te dijo que los vecinos estaban mirando. Te acomodaste, te sentaste sobre él, lo abrazaste y le dijiste te quiero. Y te arrepentiste de inmediato. Él dijo cuando me acueste con ella voy a pensar en vos. Pero no le creíste. Aunque un poco le creas, para sufrir menos; ahora tal vez mientras vos haces zapping él esta con su novia y piensa en vos.